30 julio, 2006

De las Vocaciones y otras yerbas (II)

Ahora lo del llamado…

El te llama para servirle…
No puedes negarte a Su pedido.
Y… como negarte, puedes negarte, pero correrás con las consecuencias…
mmm...

Pues para mí que la cosa no es tan así.
Que tanto estará necesitando el Señor uno mas o menos?
que, ¿Le sale mal el “marketing” si hay muchos que no lo compran?

Hace poco le contaba a alguien muy querido del Amor de Dios y de los supuestos castigos suyos. Y salió bien la analogía:
Imagina que yo le digo a mi hijo,
(un personaje creíble es la clave del éxito en la parábola)
que no meta los dedos en los enchufes,
lo persigo y regaño para que no lo haga,
le digo que pasará,
lo amenazo de muerte si lo hace, etc, etc
y él espera a que yo no esté para meter un gancho en la ranurita
y se pega un corrientazo de aquellos… ¿fui yo que lo castigué?

Para mi la Biblia es un Manual de la Felicidad. Simple, ¿o no?
El Señor dice…. (Pongan aquí lo que quieran)
no es para que le hagamos caso queramos o no,
es porque si hacemos eso seremos felices.
Ama al Señor, Tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas.
Haz eso y vivirás, haz eso y serás feliz.
(Ahora, el que esto sea imposible sin su ayuda, eso es otra cosa).
no robes, no mates, honra a tus padres, ve a misa, no ….
No lo hagas, porque si lo haces, serás infeliz.

De allí que el llamado a servirle (en donde sea) sea un llamado a ser felices,
no un llamado porque la cantidad de monjas está bajando peligrosamente y hay que mantenerlas adentro de la estadística.

Es un llamado a ser felices personalizado.

4 Julio 2006


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